![]() El otro día en uno de mis tantos chats de grupo de Whatsapp un amigo mandó una imagen con una frase: “Con una sola palabra describe el año 2020”. En forma inmediata todos comenzaron a mandar imágenes, palabras y expresiones negativas. Yo misma, en primera instancia, envié una imagen que decía: “No hay un sticker para expresar lo que siento en estos momentos”. Pero de repente, una de mis amigas, sin decir nada triste o desolador, dijo: “Yo creo que todos(a) podemos sacar algo bueno de este año…”. La cantidad de mensajes y fotos de las alegrías que el 2020 nos trajo a nuestras vidas, en medio de todo lo que ha ocurrido y sin desconocerlo, no dejaron de asombrarme. También yo mandé la mejor foto que encontré de mi sobrino, Alonso, que fue “guagua pandemia” y que solo vino a traernos esperanza en medio de todo este año. Y es que es cierto, el 2020 ciertamente nos revolcó. Nos dio mil vueltas. Nos mareamos y puede que incluso, nos hayamos caído. Tuvimos un enero y febreros tranquilos, con una noticia de un virus que se había desatado en China y luego en Europa con fuerza, pero no lo veíamos venir con la arena en los pies y el sol sobre nuestros hombros. Pero llegó, implacable en marzo y nos cambió la vida de arriba abajo. Pero a pesar de todo el dolor que este año nos ha causado, el Coronavirus nos ha retado a cambiar nuestras formas de vivir y relacionarnos. Si hay algo que este tiempo de contingencia sanitaria nos ha recalcado con fuerza— aparte, claro, de conocer todos los tipos de mascarillas, guantes y alcohol gel que existen en el mercado— es que sí debíamos detenernos, que algo tenía que cambiar. El COVID-19, ha sido un tremendo llamado de atención, una voz fuerte que nos ha llevado a parar, observar y buscar nuevos caminos que hicieran mejores seres humanos, llevando nuestra creatividad al límite para no paralizar nuestras vidas. Los que no sabían utilizar la tecnología se volvieron expertos, aprendimos millones de formas para comunicarnos y conocimos infinitas Apps para hacerlo; el teletrabajo llegó a nuestras vidas, seguramente para quedarse; los emprendimientos se diversificaron y buscaron nuevas formas para seguir existiendo; conciertos y obras de teatro se mostraron por Internet; un sinfín de iniciativas que hicieron de este año 2020, uno muy diferente. Es por eso que creo que si bien todos los años cuando acaba diciembre, uno(a) hace una especie de balance de todo lo que ocurrió, este año no pasará para nada desapercibido y tiene que habernos influido de algún modo. No podemos ser los mismos luego de todo lo que hemos vivido. En mi caso, este año 2020, no solo me enseñó lo frágil que es la vida humana, sino y en forma principal, a tener mucha más conciencia del otro y a entender que no nos podemos salvar solos, que nos necesitamos para sobrevivir; que lo que yo hago o dejo de hacer sí influye en la vida de los(as) que me rodean. Aprendí que incluso en medio de tanto dolor y malas noticias, sí puede nacer la solidaridad y el amor en tantos ejemplos de heroísmos pequeños y grandes que seguimos contemplando: un valiente cuerpo de personal de salud que día a día está en la primera línea; vecinos que se reúnen en campañas de reclutamiento de dinero o haciendo ollas comunes; familias que no dejaron de celebrar cumpleaños y lo hicieron a través de zoom soplando velitas virtuales; trabajadores(as) de diversos ámbitos se mantuvieron trabajando vía online; dueños de pymes mantuvieron sus pequeñas empresas a flote; los negocios de barrios, no dejaron de funcionar; jefaturas que entendieron lo que era trabajar con hijos(as) en casa y que entregaron facilidades para ello; en fin, podría seguir en una lista eterna de cómo pude ver que la humanidad tampoco está tan perdida como decimos. Sin desconocer todo lo complejo que ha sido este pandémico 2020, es más, incluso tomando todo aquello, te quiero invitar a hacer el mismo ejercicio que hicimos con mis amigos y amigas en mi grupo de Whatsapp: ¿Cómo describes tu 2020? ¿Cuáles fueron los hechos que más te marcaron? ¿Qué sientes que fue lo peor para ti? ¿Y lo mejor? ¿Ganaste y perdiste algo? ¿Qué buenas experiencias viviste? ¿Qué te enseñó este año 2020? Como jefatura de empresa, ¿aprendiste algo nuevo en torno a cómo motivar y mantener a tu equipo de trabajo? ¿A tu negocio mismo? Si aún no te has hecho estas preguntas, este es el momento. Las respuestas a ellas, seguramente, te llevarán a pensar y vivir un 2021 con una actitud diferente que incluso puede movilizar tu vida por completo ¿Te atreves?
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Julio 2023
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